LA COLONIZACIÓN DE AMÉRICA
Los españoles cambiaron las formas de vida de los indígenas, mediante un proceso de colonización a través del cual introdujeron la cultura, la religión, la lengua, el arte y las leyes de Castilla. Para la administración de los territorios americanos, la Corona creó nuevos organismos administrativos, entre los que se destacan: El Consejo de indias, La Casa de Contratación y los virreyes.
El consejo de Indias se encargaba de gobernar los territorios americanos desde la Península. Estaba formado por una comisión de expertos que proponía las personas para los cargos de América y redactaba las llamadas Leyes de Indias.
La Casa de Contratación se ocupaba de todas las cuestiones económicas relacionadas con América. Establecida en Sevilla, organizaba las flotas de Indias.
Los virreyes eran los representantes del rey en los extensos virreinatos, que en principio fueron sólo dos: Nueva España (México) y Perú. Los virreinatos se dividían en provincias, al frente de las cuales se encontraban los gobernadores. Las ciudades eran regidas por un cabildo o ayuntamiento.
La base de la población estaba constituida por amerindios, de etnias muy diferentes, cuyo número se calcula en 15 millones a finales del siglo XVI. Sin embargo, el poder político se encontraba en manos de los españoles que llegaban de la Península para ejercer todo tipo de cargos.
Los criollos eran los descendientes de los colonizadores instalados en América. A finales del siglo XVI parece que eran casi medio millón de personas. También fueron numerosos los mestizos, hijos de indígenas y españoles. En algunas zonas donde la mano de obra nativa era escasa, como en las Antillas, se transportó población negra de África para que trabajase como esclava.
El descenso masivo de la población (indígenas) vino provocado por los abusos que sufrían por parte de los colonizadores, quienes no tenían reparos en aniquilarlos, con la excusa de conseguir oro o simplemente, por la autoridad que les confería su cargo.
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